LA GESTION DE IDENTIDAD Y LA IMAGEN CORPORATIVA
Entendemos a la IDENTIDAD CORPORATIVA como un sistema de signos que tiene como misión diferenciar, asociar (los signos con la organización) y significar (transmitir connotaciones). Es decir, facilitar el reconocimiento y la recordación. En tanto que la IMAGEN es la percepción que el mercado tiene de la organización.
La identidad corporativa está integrada por diversos signos que pueden ser de distinta naturaleza:
Lingüística: que es el nombre de la empresa expresado en un modo de escritura exclusiva denominada logotipo. 
Icónica: referida al distintivo figurativo de la marca, el signo que no es
pronunciable denominado isotipo.
Cromática: consiste en los colores que adopta la empresa como identificador emblemático.
La importancia de una estrategia de construcción de la imagen radica en las escasas oportunidades que el receptor nos brinda en una sociedad sobre comunicada, por lo que la formación de dicha imagen depende de varios factores:
La calidad de la atención: difusa, predispuesta o activa
La profundidad psicológica con la que es afectado: el grado en el que el mensaje concierne al receptor.
Los tiempos de exposición.
Si los mensajes varían significativamente de uno a otro, tanto en su concepción ideológica, como en su construcción visual, sólo se consigue generar mas confusión.
Si a ello sumamos el bombardeo de mensajes al que es sometido el usuario que lo lleva a un punto de saturación, se genera como contrapartida un mecanismo de autodefensa que lo lleva a desechar la mayoría de los mensajes levantándose una barrera (percepción selectiva, distorsión selectiva y recuerdo selectivo) cada vez mas alta y difícil de superar.
Es de fundamental importancia que el objeto arquitectónico que representa la marca, se nutra de todos los conceptos de imagen y que , en la generación de mensajes, se tomen en consideración los tres niveles de expresión de la marca:
El semántico: lo que dice
El estético: como lo dice
El psicológico: lo que evoca,
y establecer una estrategia de posicionamiento coherente en el tiempo y de la cual dependa la estrategia creativa y el mix de actividades de comunicación, de manera de ir construyendo a través de diferentes acciones, una imagen nítida que tenga valor para el consumidor y, por lo tanto para la empresa.
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